AMLO y el día de los dos Gritos de Independencia

El Grito de Independencia es una ceremonia con profundo arraigo en la cultura e identidad del mexicano. Cada 15 de septiembre el presidente —como Jefe de Estado— encabeza desde el balcón del Palacio Nacional la ceremonia que conmemora el acto fundador de nuestra nación, mientras en la plancha del Zócalo capitalino —plaza más grande y simbólica del país— se reúnen multitudes a vitorear a “los héroes que nos dieron patria y libertad”.

Pero el 15 de septiembre de 2007 se suscitó un hecho sin precedentes en la historia de México cuando el Zócalo se dividió en dos multitudes que atestiguaron dos Gritos de independencia: el del entonces presidente, Felipe Calderón, y el de sus opositores, encabezados —a la distancia— por Andrés Manuel López Obrador.

Desde días previos a las fiestas patrias, integrantes de la Comisión Nacional Democrática (CND) —conformada por miembros del PRD, otros partidos de izquierda y simpatizantes de López Obrador—, anunciaron que darían un grito alternativo —al que denominaron “El Grito de los libres”— para obstruir la ceremonia oficial encabezada por Calderón.

Desde temprano, los aliados del tabasqueño colocaron un templete en la plancha del Zócalo y ocuparon parte de la explanada. Además, llevaron grupos musicales para rivalizar con los contratados por el Gobierno, que tocaron en un escenario al otro extremo de la plaza.

La tarde transcurrió en medio de una gran tensión y expectación en torno a la posibilidad de que hubiera enfrentamientos y  morbo de ver dos gritos simultáneos. No obstante, el gobierno federal, el gobierno capitalino y el PRD acordaron que el grito alternativo se celebrara antes que el oficial.

A las 21:45 horas, la entonces senadora perredista, Rosario Ibarra de Piedra, subió al templete instalado por la CND. En representación de López Obrador y de sus simpatizantes, pronunció un “¡Viva!” para el “presidente legítimo” y pidió “¡Que muera el mal gobierno!”

Más tarde, para algunos el grito oficial de Calderón se vio opacado por gritos de simpatizantes de López Obrador.

Mientras tanto, un tercer Grito de Independencia robó la atención. En San José Tenango, López Obrador encabezó su propio grito, no sin antes calificar a Calderón como un “pelele” y “usurpador”.

Cabe recordar que aquella no fue la primera ocasión en que López Obrador intentó apropiarse de un acto fuera de sus competencias. En 2006, tras perder en las elecciones, el hoy presidente de Morena alegó que había sido víctima de un fraude y decidió proclamarse “presidente legítimo”. El hoy presidente de Morena incluso llegó al extremo de nombrar su propio gabinete.

Y aunque el señor López Obrador ha dado su grito para recordar a los héroes patrios de México, para algunos, él busca consagrarse como otro más.