En 1994, en una más de sus ocurrencias populistas, Andrés Manuel López Obrador llamó a los tabasqueños a dejar de pagar la energía eléctrica.
Como lo lee. El dos veces candidato presidencial dijo que si los tabasqueños son pobres, no deben pagar por la energía.
Sin embargo, lo que Andrés Manuel no consideró es que aunque los tabasqueños no paguen por la energía que consumen, el Estado debe pagar para producirla.
Es por eso que, desde 1994 hasta la fecha, la cartera vencida de Tabasco con la Comisión Federal de Electricidad es de 10 mil millones 716 mil pesos.
Es decir, el valor de 116 casas blancas o de dos aviones presidenciales. De ese tamaño es la deuda que provocó Andrés Manuel López Obrador.
Acaso lo más grave es que un estado que concentra el cuatro por ciento de la población nacional, detenta el 25 por ciento de la deuda de energía eléctrica.
Pero hay más, en este momento, cada tabasqueño debe entre 23 mil y 25 mil pesos por los 20 años que dejaron de pagar la luz.
En pocas palabras, Andrés Manuel López Obrador hipotecó Tabasco.
Lo peculiar, no obstante, es que esta deuda no es sólo del Tabasco más pobre. Contrario a la lógica que intentó manejar el señor López Obrador, el 10 por ciento de la cartera vencida lo encabezan empresarios de hoteles, restaurantes o de la industria.
Es decir, que la crisis por la deuda tabasqueña la detonó Andrés Manuel y la crecieron los tabasqueños en general, sin distingo.
En este momento, el adeudo de Tabasco con la CFE es insostenible. A la vista de todos, no es posible que el estado con el 4 por ciento de la población tenga el 25 por ciento de deuda. Por eso la pregunta, ¿quién remedia el problema que inició López? ¿quién le corrige la plana a Obrador? ¿quién saca a los tabasqueños del hoyo que cavó el dueño de la Morena?
