AMLO ataca a Baillères y su escuela de “tecnócratas porfiristas”

POR CARLOS MOTA

Debió causar una enorme indignación en la familia Baillères y particularmente en uno de los empresarios más destacados del país, Alberto Baillères. El ataque fue directo a donde hay más sensibilidad, al Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Ocurrió en la madrugada de ayer, cuando el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, puso un tuit que decía: “Meade, como Videgaray, es egresado del ITAM, la escuela de tecnócratas neoporfiristas que han dañado la economía de la gente y a la nación”.

AMLO ya identificó a su enemigo: José Antonio Meade, el nuevo secretario de Hacienda, que destila honradez y rectitud por cada poro y, como no encuentra —ni encontrará— materia prima para denostarle, viró su táctica de ataque hacia la institución donde se formó, el ITAM. Sin embargo, el ITAM representa el más sagrado destino de los recursos filantrópicos del Grupo BAL, presidido por Alberto Baillères, acaso el empresario mexicano que con mayor gallardía defiende, promueve y enaltece desde su posición los valores de la mexicanidad.

Que quede claro: un insulto al ITAM es, en términos prácticos, un insulto a Baillères. La razón es sencilla: su corazón está ahí; su pasión por el avance de México está ahí; sus recursos más nobles se han invertido ahí.

La mayoría de quienes estudiamos en el ITAM (muchos de nosotros, becados), sabemos que la visión y el alcance de esa institución rebasa infinitamente la pobreza de miras de caciques tipo AMLO. Ahora más que nunca resuenan las palabras de Alberto Baillères cuando recibió hace diez meses la Medalla Belisario Domínguez: “Mi padre perteneció a una generación de empresarios posrevolucionarios de la segunda a la sexta década del siglo pasado que, junto a grandes educadores, ingenieros, médicos, artistas, intelectuales y políticos, establecieron los fundamentos del México moderno. Esta generación se sentía orgullosa de ser mexicana y mestiza; con dignidad, celebró nuestra identidad nacional y cultivó nuestras tradiciones. Tenía confianza en su capacidad de reconstruir a una nación con graves carencias económicas y sociales.
Se empeñó en terminar con la ignorancia, el fanatismo, la indigencia, la violencia y el atraso social y económico: estas graves carencias afianzaron su empeño. Fue una generación que construyó un sistema nacional de educación y salud, así como instituciones, infraestructura e industrias…”

AMLO debe detener sus ataques al ITAM. Pero si no lo hace debe saber que somos miles quienes estamos dispuestos a defenderlo. Lo único que da gusto es que se haya dado por enterado de que sus supuestas clases de moral quedan en el fango cuando se contrasta con José Antonio Meade como posible candidato a la presidencia.

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Tomada de El Financiero.