Dicen los enterados que, en cualquier momento, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación echaría abajo la candidatura de Benjamín Robles, aspirante del PT al gobierno Oaxaca.
Las malas lenguas aseguran que Robles quedaría fuera de la contienda con el mismo argumento con que lo han acosado durante semanas: que participó en el proceso interno del PRD y luego de perder la candidatura, se convirtió en el abanderado del PT.
Es decir, que Robles caería igual que Marcelo Ebrard en 2015.
De confirmarse este esquema, lo significativo sería que podríamos ver un reacomodo en las preferencias electorales.
De acuerdo con las encuestas más serias, la ventaja del priista Alejandro Murat sería de entre cuatro y nueve puntos respecto al candidato de la alianza PAN-PRD, José Antonio Estefan Garfias.
Es decir, que de fracasar la candidatura de Robles, el 15 por ciento de votos que –en promedio–, lo respaldan; se repartirían entre los candidatos que sobrevivan en la contienda.
O si lo prefiere, que el fracaso de Benjamín Robles podría ser, también, el derrumbe de Alejandro Murat, a quien la competencia ya pisa los talones.
Por cierto, dicen los que saben que detrás de esta jugada contra el priista Murat estaría el exgobernador de Oaxaca, Diódoro Carrasco, ¿será?
