Otro alcalde criminal y narco

Ante la crisis de violencia que enfrentan los municipios, y ante los asesinatos de alcaldes en nuestro país,—cinco en lo que va de este año—,el presidente municipal de Álvaro Obregón, Michoacán, Juan Carlos Arreygue fue detenido por su presunta participación intelectual y material en el asesinato y calcinación de 10 personas en Cuitzeo.

Aunque es conocida la relación que tienen algunos presidentes municipales con el crimen organizado, se sabe que Juan Carlos Arreygue tenía nexos con “Los Caballeros Templarios” y el móvil del crimen se presume por asuntos de drogas.

Y es que este caso en Michoacán nos recuerda a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, de quienes en su momento se dijo fueron desaparecidos por instrucciones del alcalde perredista de Iguala, José Luis Abarca y por su esposa, María de los Ángeles Pineda.

Cabe señalar que Juan Carlos Arreygue se presentó como candidato de una alianza entre el PT y PRD, pero fue rechazada su propuesta por su sabida relación con el narco y solo contendió por el Partido del Trabajo. Mientras que José Luis Abarca fue electo por el PRD y por López Obrador, quien a pesar de las advertencias que le dieron por su relación con el crimen organizado, lo impuso.

Si bien en el caso de los normalistas desaparecidos el gobernador Ángel Aguirre y el señor  López Obrador se desentendieron y agacharon la cabeza, en los hechos de Michoacán, el gobernador de la entidad, Silvano Aureoles, denunció al alcalde y ha seguido con puntualidad la investigación.

Así que para algunos Aureoles ya  es visto como un ejemplo para perredistas timoratos y tapaderas. Y es que en el caso de Michoacán, el alcalde fue detectado de manera rápida y detenido de forma inmediata. 

¿Cuántos gobernadores estarán decididos a actuar así con los alcaldes? ¿Qué dirán aquellos del PT que lo impulsaron? ¿Los dirigentes van a meter las manos por él?