En el siglo XIII el clérigo Gonzalo de Berceo publicó su libro Los Milagros de Nuestra Señora, en donde relata 25 historias protagonizadas por la virgen María y sus dones para privilegiar o castigar.
Las historias fueron recopiladas cuando la religión era parte fundamental en la vida de las personas. Su objetivo era acercar a los no creyentes a la religión y reforzar la fe de aquellos que ya creían.
Uno de los milagros más memorables es el del ladrón devoto, el cual no acudía a la iglesia, pero sí creía en la virgen.
Cierto día lo descubren robando y cuando están a punto de ahorcarlo por su delito, la virgen interviene por él ante sus jueces, lo salva y lo convierte en un hombre bueno.
Resulta curioso como aunque hayan pasado los siglos desde que Berceo escribió su libro sobre milagros, y aunque algunos se han perdido con el paso del tiempo, otros han permanecido en la memoria colectiva, aún sin saber de dónde provienen.
En la actualidad podríamos incluir el milagro de Andrés Manuel López Obrador, quien durante muchos años se mantuvo con –suponemos– recursos de procedencia dudosa que le permitieron levantar un partido político en medio de una crisis.
Por eso, cuando los ciudadanos le exigieron hacer su declaración patrimonial, fiscal y de intereses, el señor se hizo el desentendido y tuvo que ocurrir un milagro para que el mesías tabasqueño decidiera hacer públicas sus cuentas.
Algunos dicen que la virgen habló con él y lo convenció de hacerlo… Otros dicen que fue el mismo diablo el que le hizo la recomendación, y es que, la acción podría significarle beneficios políticos a AMLO, pues el señor no da paso sin huarache.
Pero mientras sean peras o manzanas, los creyentes aseguran que conocer la “3 de 3” de Andrés Manuel –con todo y fallas– es un milagro genuino, ¿o no?
